El acné es una afección cutánea común que se caracteriza por la obstrucción e inflamación de los folículos pilosebáceos, dando lugar a distintos tipos de lesiones. Entre las causas se encuentran la obstrucción del poro, aumento de la secreción de las glándulas sebáceas, presencia de microorganismos en la piel, inflamación y variaciones hormonales, especialmente los andrógenos. Diversos tratamientos tópicos y sistémicos, así como procedimientos dermatológicos, son empleados para combatir esta condición.

Causas del acné

El acné es una afección cutánea común que puede afectar a personas de diferentes edades, causada por la obstrucción e inflamación de los folículos pilosebáceos. A continuación, se presentan los factores que contribuyen a la aparición de esta condición:

Factores que contribuyen a la obstrucción de los folículos pilosebáceos

  • La acumulación de células muertas en la superficie de la piel puede obstruir los poros.
  • El uso de productos cosméticos comedogénicos puede favorecer la obstrucción de los folículos.
  • La falta de higiene adecuada en la piel puede contribuir a la formación de acné.

Aumento de la secreción de las glándulas sebáceas

Las glándulas sebáceas pueden producir un exceso de sebo, que junto con las células muertas de la piel, puede obstruir los poros y favorecer el desarrollo del acné.

Presencia de microorganismos en la piel

La presencia de bacterias como Propionibacterium acnes en la piel puede desempeñar un papel en la inflamación de los folículos pilosebáceos, contribuyendo a la formación de lesiones de acné.

Liberación de mediadores de la inflamación

La respuesta inflamatoria del cuerpo a la presencia de bacterias y otras sustancias en los folículos pilosebáceos puede provocar la inflamación característica del acné.

Variaciones hormonales y su relación con los andrógenos

  • Los cambios hormonales, como los que ocurren durante la adolescencia o el periodo menstrual, pueden estimular la producción de sebo y aumentar el riesgo de desarrollar acné.
  • Los andrógenos, hormonas masculinas presentes en hombres y mujeres, pueden estimular las glándulas sebáceas y contribuir a la aparición de acné.

Tipos de lesiones de acné

El acné se manifiesta a través de diferentes tipos de lesiones en la piel, cada una con características distintas. A continuación, se describen los principales tipos de lesiones asociadas al acné:

Comedones

Los comedones, también conocidos como puntos negros y puntos blancos, son lesiones no inflamatorias que se forman por la obstrucción de los folículos pilosos con sebo y células de piel muerta.

Pápulas

Las pápulas son lesiones inflamatorias que se caracterizan por ser protuberancias rojas y dolorosas en la piel, causadas por la inflamación del folículo piloso.

Pústulas

Las pústulas son lesiones inflamatorias llenas de pus que se forman como resultado de la infección bacteriana en el folículo piloso obstruido, presentando un centro amarillento rodeado de enrojecimiento.

Nódulos

Los nódulos son lesiones profundas y dolorosas que se forman en las capas más profundas de la piel, causando inflamación y enrojecimiento, pudiendo dejar cicatrices una vez sanadas.

Quistes

Los quistes son lesiones graves y dolorosas que se forman por la acumulación de pus y material inflamatorio en el interior de la piel, pudiendo causar una inflamación severa y cicatrices permanentes.

Tratamientos tópicos para el acné

Exfoliantes

Los exfoliantes son productos que ayudan a eliminar las células muertas de la piel, desobstruyendo los poros y previniendo la formación de nuevas lesiones de acné. Suelen contener ingredientes como ácido salicílico o ácido glicólico, que promueven la renovación celular y mejoran la textura cutánea.

Peróxido de benzoilo

El peróxido de benzoilo es un ingrediente activo común en muchos tratamientos tópicos para el acné. Tiene propiedades antibacterianas que ayudan a reducir la proliferación de microorganismos en la piel, disminuyendo la inflamación y previniendo la formación de nuevas lesiones.

Ácido salicílico

El ácido salicílico es un exfoliante químico que actúa desobstruyendo los poros y eliminando las impurezas de la piel. Además, tiene propiedades antiinflamatorias que ayudan a reducir la hinchazón y enrojecimiento asociados al acné, favoreciendo la cicatrización de las lesiones existentes.

Ácido glicólico

El ácido glicólico es otro tipo de exfoliante que ayuda a mejorar la textura de la piel, estimulando la producción de colágeno y reduciendo la apariencia de cicatrices causadas por el acné. Su acción exfoliante suave lo convierte en un tratamiento efectivo para prevenir nuevos brotes de acné.

Ácido azelaico

El ácido azelaico es un agente despigmentante y antiinflamatorio que se utiliza en el tratamiento del acné. Ayuda a reducir la hiperpigmentación causada por las lesiones de acné previas, al tiempo que controla la inflamación y previene la obstrucción de los poros.

Retinoides

Los retinoides son derivados de la vitamina A que estimulan la renovación celular y ayudan a prevenir la formación de comedones. Además, tienen propiedades antiinflamatorias que reducen la inflamación asociada al acné, promoviendo una piel más sana y libre de imperfecciones.

Tratamientos sistémicos para el acné

Antibióticos tópicos

Los antibióticos tópicos son una opción común para tratar el acné moderado, ya que combaten las bacterias que causan la inflamación de los folículos pilosebáceos. Suelen aplicarse directamente sobre la piel afectada, penetrando en los poros para reducir la presencia de bacterias y, por ende, las lesiones inflamatorias.

Antibióticos sistémicos

En casos de acné más severo, los antibióticos sistémicos pueden ser recetados por un dermatólogo para controlar la inflamación y el crecimiento bacteriano desde el interior del cuerpo. Estos medicamentos actúan de manera más generalizada, ayudando a reducir las lesiones inflamatorias y prevenir la cicatrización.

Retinoides sistémicos

Los retinoides sistémicos son una alternativa eficaz para tratar el acné severo que no responde a otros tratamientos. Actúan reduciendo la producción de sebo y normalizando el ciclo de renovación de la piel, lo que disminuye la formación de nuevas lesiones y mejora la apariencia general de la piel afectada.

Tratamiento del acné moderado

  • En casos de acné moderado, es crucial seguir un tratamiento adecuado y constante para controlar la afección cutánea.
  • Los tratamientos tópicos como el peróxido de benzoilo, el ácido salicílico y los retinoides pueden ser efectivos para reducir la inflamación y prevenir la formación de nuevas lesiones.
  • Además de los tratamientos tópicos, se pueden incorporar antibióticos tópicos como la clindamicina para combatir las bacterias causantes del acné en casos moderados.
  • Es fundamental seguir las indicaciones del dermatólogo y mantener una rutina constante de cuidado de la piel para lograr resultados efectivos en el tratamiento del acné moderado.

Tratamiento del acné severo

  • En casos de acné severo, el tratamiento suele requerir un enfoque más agresivo y sistemático para controlar la afección cutánea.
  • Se recurre a medicamentos sistémicos más potentes, como las tetraciclinas o retinoides sistémicos como la isotretinoína, que actúan desde el interior del cuerpo para reducir la inflamación y la producción de sebo.
  • Estos tratamientos requieren supervisión médica constante debido a sus posibles efectos secundarios, por lo que es fundamental seguir las indicaciones del dermatólogo de manera rigurosa.
  • El tratamiento del acné severo puede implicar un mayor tiempo de duración y necesita paciencia para observar mejoras significativas en la piel afectada.

Prevención de cicatrices y tratamiento de cicatrices secundarias

Para prevenir la formación de cicatrices secundarias provocadas por el acné, es fundamental seguir un tratamiento adecuado desde el inicio de la condición. Además de combatir activamente el acné, existen procedimientos dermatológicos efectivos que ayudan a mejorar la apariencia de la piel y reducir las marcas que pueda dejar tras su desaparición.

Peelings químicos

Los peelings químicos son procedimientos en los que se aplica una solución química sobre la piel para eliminar las capas superficiales dañadas, promoviendo así la regeneración celular y la disminución de las cicatrices del acné. Es importante que este procedimiento sea realizado por un dermatólogo cualificado para garantizar su eficacia y seguridad.

Dermoabrasión

La dermoabrasión es un procedimiento mediante el cual se realiza una exfoliación controlada de la piel, eliminando las capas superficiales para favorecer la regeneración de tejido nuevo y mejorar la apariencia de las cicatrices del acné. Este procedimiento requiere ciertos cuidados postoperatorios para asegurar una correcta recuperación.

Láser CO2

El láser de dióxido de carbono, o láser CO2, es una técnica que utiliza pulsos de luz para eliminar las capas superficiales de la piel, estimulando la formación de colágeno y reduciendo la apariencia de las cicatrices del acné. Este tratamiento suele ser eficaz en casos leves a moderados de cicatrices y puede requerir varias sesiones para obtener resultados óptimos.

Procedimientos dermatológicos para tratar el acné

  • Peelings químicos: Se utilizan para eliminar las capas superficiales de la piel, estimulando la regeneración celular y mejorando la apariencia de las cicatrices causadas por el acné.
  • Dermoabrasión: Consiste en el lijado controlado de la piel para eliminar las capas superficiales dañadas y promover el crecimiento de una piel nueva y más suave.
  • Láser CO2: Este procedimiento utiliza luz láser de dióxido de carbono para eliminar las capas superficiales de la piel, estimulando la producción de colágeno y mejorando la textura de la piel afectada por el acné.

Consideraciones importantes sobre el tratamiento del acné

  • Es fundamental seguir el tratamiento prescrito por el dermatólogo de manera constante y disciplinada para obtener los mejores resultados.
  • Evitar la automedicación y consultar siempre a un especialista para recibir un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.
  • La higiene diaria y el uso de productos adecuados para el cuidado de la piel son clave para mantener a raya el acné y prevenir futuras exacerbaciones.
  • Es importante mantener una dieta equilibrada y beber suficiente agua para ayudar a mantener la piel sana desde adentro.
  • Evitar la exposición prolongada al sol sin protección, ya que esto puede empeorar las lesiones cutáneas y causar irritación.
  • Si se experimenta algún efecto secundario o irritación con el tratamiento, es imprescindible informar al especialista para ajustar las dosis o cambiar el enfoque terapéutico.
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